En 1808 España se encuentra bajo el dominio extranjero de Napoleón
Bonaparte quién engañó al primer ministro Manuel Godoy y posicionó al ejército
francés en territorio español.
Bonaparte hizo abdicar a Carlos IV y Fernando VII el reinado de España
en su hermano José Bonaparte como nuevo rey.
Estos acontecimientos recientes provocaron la rebelión popular y el 2 de
mayo de 1808 y el pueblo se alzó contra el ejército francés.
Se organizaron juntas para poder dirigir la resistencia y una Junta
Suprema Central que coordinaba a las demás. Grupos de patriotas se organizaron
en guerrillas para hostigar al ejército francés.
Mientras tanto en asuntos políticos: el rey José Bonaparte no gozó de la
aceptación del pueblo español.
Por este motivo en 1810, la Junta
Central convocó una reunión de Cortes en la ciudad de Cádiz. Se reunieron
representantes de todos los territorios y la mayoría defendieron las ideas de
liberalismo.
La primera decisión tomada por las Cortes fue revolucionaria: todos los
presentes con independencia de su origen se reunían en una única asamblea y su
voto tenía el mismo peso. Esa cámara se erigió en representación de la nación
española y se redacto una Constitución aprobada en 1812 que representó los
principios básicos de liberalismo político.
Las Cortes también aprobaron leyes para abolir el Antiguo Régimen.
En 1814 el rey Fernando VII vuelve a España y los liberales pretendían
que el rey firmase cuanto antes la Constitución, pero los absolutistas
convencieron al rey de que lo mejor era una restauración del absolutismo y
Fernando VII dio un golpe de estado y clausuró las Cortes y anuló la
Constitución de 1812. Esto supuso una vuelta al Antiguo Régimen.
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